Letras de Guiye.

Este es un espacio dedicado a la expresión literaria, de este humilde poeta.

Tuesday, June 21, 2005

De fantasmas.
Basado en un hecho real.


La Presencia

Hacía días se habían mudado.
Sentían ruidos en los tejados.
Sus corazones latían con demencia,
ante la sensación de una presencia.
Ojos que miran y que no están.
Ojos muertos, tal vez querrán,
recuperar lo invadido,
lo que ya han perdido.
Ella sube las escaleras.
Miradas se clavan en su espalda.
Ella no encuentra la manera,
de saber quien por ahí anda.
El terror le enfría el cuerpo.
El sudor le enferma el alma.
Se preguntan si puede ser cierto.
Tratan de tomárselo con calma.
Cosas se mueven sin ser movidas.
Cosas que apagadas están encendidas.
Frío, miedo y desesperación.
Los niños lloran por alguna razón.
El niño se encuentra asustado.
Sólo en su cuarto encerrado.
Siente ruidos de maderas rodando.
Por su vida el se encuentra rogando.
Se da cuenta que algo sube.
Se encuentra con él sobre una nube.
El niño grita, él le hace mal.
Él le repite tan sólo "sal".
La madre desesperada sale a la calle.
Necesita ayuda, tal vez la halle.
En la iglesia y en el convento,
no la atienden por el momento.
Corre rezando.
Corre rogando.
Ayuda al señor,
pide por favor.
Atropella sin querer,
a un cura al que puede ver,
como a un santo recién llegado,
como a un ángel amado.
Agua bendita y una cruz,
son las armas de la luz.
El cura exorciza el lugar.
Esta locura debe parar.
Allí en la azotea se sentía,
cadenas y gritos de agonía.
Un espíritu que busca la verdad.
Un espíritu que halla la libertad.



Guiye.
10/02/2005.

La chica de la heladería


Tengo ganas de tomar un helado. Pero no cualquier helado. Uno que tenga: el color de tus ojos, el perfume de tu pelo, la textura de tu piel, y el sabor de tu boca. Por favor no me digas que estoy delirando, y que ese helado no existe.

Me hiciste tocar la Tierra,
Y olvidarme de mis alas,
Me hiciste querer que te quiera,
Y hoy te quiero con ganas.

Pero tal vez, fallé en el tiempo,
O en el modo, o en el lugar.
Tal vez no figure en tu cuento,
Y mi historia no se ha de contar.

Tal vez nuestros caminos se crucen,
Pero no se han de tocar.
Tal vez mi corazón ya no se cure,
Y nunca aprenda a amar.

Pero tu sonrisa me ha atrapado,
Y su hechizo me domina.
Tu belleza me ha hipnotizado,
Hermosa morocha rosarina.

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