Los sentimientos nunca envejecen.
Viejos Amores
Por un tiempo estuvo lejos,
pero algo en el cambió.
Tal vez un poco más viejo,
pero al fin volvió.
Oculto en su chaqueta marrón,
en su pobre ilusión.
Sabe que estuvo mal,
pero eso es normal,
a su tierna edad.
Muy poca piedad.
Y otra vez allí echado,
como cuando fue casualidad,
como cuando tomó tu mano.
Sus lágrimas se confunden con una lluvia,
de un otoño negro al mediodía.
Su figura se disuelve entre las brumas,
de los espíritus de las penumbras.
Te acercas con cuidado,
sin saber que le pasó,
y que te a pasado,
en estos meses eternos,
en estos días de perros,
que pasaste sin él,
que lo quisiste ver,
y no podías,
saber si aún te quería.
Y ahora aquí.
Y mañana allí.
El tiempo marchitó tu cuerpo,
blanqueó tu pelo,
pero aún por dentro,
guardas aquel anhelo,
de juventud de primavera,
de ser quien eras.
El te extiende sus brazos,
te ofrece su amor.
Tu le haces caso,
a pesar del dolor.
Allí con el paso de las agujas,.
del reloj dela vida.
Rodeados de las burbujas,
de la lluvia del mediodía.
Abrasándose como aquel día,
donde ni ellos sabían,
hasta donde llegarían.
Guiye.
08/06/2005.
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